lunes, 26 de octubre de 2009

Difícil controversia


El consumo desenfrenado y la obsesión por crecer sin límites y sin escrúpulos han dejado al medio ambiente en una penosa situación, en muchos casos irreversible, y los que realmente pueden hacer algo, los dirigentes mundiales, están tardando demasiado tiempo en llevar a cabo medidas reales.

En el último año no hay conferencia, mitin o debate político que no incluya las palabras “cambio climático”. El culpable: las energías fósiles, tremendamente contaminantes y con fecha de caducidad.

La principal apuesta hoy se centra en el desarrollo de las energías renovables.
Nos las venden como energías verdes, limpias y como única opción viable. Pero detrás de esto se esconden ciertas cuestiones que no salen a relucir.
En primer lugar hay que plantearse si realmente pueden responder a las necesidades que tienen las grandes ciudades, feroces consumidoras y los propios individuos, que nos hemos acostumbrado a unas facilidades y comodidades a las que no muchos están dispuestos a renunciar. El ritmo desproporcionado, la cultura del aire acondicionado. Puede que sea viable para localidades concretas, donde haya muchos días de sol o viento, pero que se alcancen cuotas altas es complicado.

Por otro lado, muchos se quejan de que se están destrozando espacios naturales con gigantescas máquinas como los aerogeneradores o los horrorosos paneles solares. Se necesita ocupar explanadas enteras, donde el sol o el viento sean favorables, para conseguir una productividad no muy alta, y ello supone arramplar en espacios naturales como el mar de Cádiz o en Trafalgar, donde tuvo lugar uno de los mayores combates navales de la historia. Muchas ONG’s y organizaciones medioambientales están poniendo el grito en el cielo.

También, y más importante aún, que la Unión Europea apueste por estas energías significa ampararlas con fondos comunitarios, con subvenciones, lo que está generando que los dueños de los terrenos se embolsen sumas desproporcionadas, que los fabricantes coticen al alza sus actividades y que el dinero europeo se concentre en unas pocas manos, y eso es sensación de despilfarro.

Algunos científicos apuntan que una posibilidad puede ser seguir investigando en energía nuclear, que no produce CO2, para la eliminación de residuos tóxicos y nuevos métodos de almacenamiento de residuos nucleares. Desviar los fondos a estas investigaciones de tal manera que la potente energía nuclear pueda dejar de ser contaminante y permita a su vez abastecer las necesidades de las ciudades.

3 comentarios:

  1. La única opción posible para evitar el desastre es cambiar la mentalidad y reducir el consumo. Eso parece bastante difícil en un sistema que se basa en crear necesidades superfluas y convertirlas en imprescindibles. Por tanto, sólo cabe buscar producir energía de la forma más limpia. Se ha puesto de moda denostar las renovables e insistir en las virtudes de la energía nuclear. Hay muchas falsedades y muchos intereses en torno al tema energético. Yo apuesto por las renovables, pero no por todas. Creo que se exagera lo del impacto ambiental de los aerogeneradores. A mí me gusta verlos en funcionamiento. Y los campos de placas solares también me gustan. Muchísimo más que las centrales nucleares o las térmicas. Lo que considero bastante cuestionable es que casi todo deba ser subvencionado en la UE y se pueda hacer negocio con cualquier asunto que se ponga de moda. Si se quiere incentivar el ahorro, se debería premiar la eficiencia energética y castigar el despilfarro, por ejemplo, reduciendo el precio del kilowatio a los que menos energía consuman y aumentándoselo a los que más consuman. No todos tenemos la misma responsabilidad en la destrucción del entorno, pero las consecuencias las sufriremos todos, aunque los más desfavorecidos sean siempre los que se lleven la peor parte. Saludos.

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  2. Pero cambiar la mentalidad del consumo desenfrenado y eliminar las necesidades superfluas es tarea imposible en una sociedad como la que vivimos. A mí no me disgusta ver algún campo con aerogeneradores, pero no se puede dar tanto protagonismo a la energía eólica a costa del sacrificio del paisaje y la pérdida del valor del suelo. En Bélgica ya he visto varias superficies verdes plagadas de aerogeneradores, que podrían pasar por cualquier paisaje manchego que los tenga. Se pierde el carácter genuino de cada región para convertirlos en escenarios miméticos. Las nucleares son también horrorosas pero en mucho menos espacios se consigue mucha más eficiencia y productividad.

    Se están aprobando directivas con el único fin de conseguir reducir el porcentaje de emisiones y así poder hacer la publicidad deseada, todo ello a costa de subvenciones que nos cuestan mucho dinero y creando un negocio que beneficia a muy pocos.

    Puede darse la vuelta a lo de buscar una energía limpia mediante una investigación y desarrollo que permitan que la energía que deja residuos deje de hacerlo o se puedan eliminar sin que cause impacto medioambiental.
    Gracias por tus opiniones :)

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  3. El tema energético es muy controvertido y se manipula la información a gusto de los grandes grupos de presión. Ahora existe una gran campaña a favor de la energía nuclear presentándola como alternativa limpia. De ningún modo lo es. Cada día hay incidentes en las centrales nucleares de los que no se nos informa. Se nos ocultan los riesgos dando una imagen de seguridad y de limpieza que no es real. Y sigue sin abordarse el problema fundamental, que es el consumo desenfrenado. Los recursos son limitados y no podemos seguir consumiendo como si fuesen inagotables. Hace unos años se puso de moda lo del desarrollo sostenible, se hicieron muchas campañas publicitarias al respecto, pero su traducción real ha sido muy pobre, especialmente en España, donde la mayor parte de la sociedad tiene un comportamiento muy poco cívico. Imagino que te estarás dando cuenta en Bélgica de cuánto nos falta para ser tan respetuosos con el entorno, con lo que es de todos, como en muchos países europeos. Saludos.

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